Para salir de la olla (1ra parte)

Quizás te parezca raro, pero lo último que necesitas para salir de la olla es dinero. Seguramente has leído sobre personas que ganaron el premio gordo de la lotería o heredaron una gran fortuna, y poco tiempo después estaban más pobres que al principio. ¿Cómo es posible? El dinero es una herramienta maravillosa, pero si lo recibes con una actitud inapropiada, puede volverse en un amo desastroso. Por eso tu cerebro debe ir antes que el dinero, necesitas construir una mentalidad en torno al dinero que sea la zapata para empezar a ver frutos en tus esfuerzos.

Hay "ricos" con mentalidad de pobres, y "pobres" que tienen mentalidad de ricos (estos son los que terminarán triunfando). La pobreza económica es un lugar del que puedes salir, pero si tienes pobreza mental, nada te sacará de ahí. No importa que tu flujo de efectivo cambie de repente o paulatinamente, si tu actitud no es la apropiada, es muy probable que sigas en la olla ardiente hasta que la parca te invite a pasear con ella.

Aunque tus deudas y la escasez de tu alacena sean muy reales y punzantes, la manera en la que piensas sobre tus finanzas siempre estará bajo tu control. Estar en olla no se refiere tanto a un sitio (aunque nos parezca así); la olla es un estado mental. Y como tal, una de las primeras cosas que debemos hacer para empezar a salir de la olla es cambiar el mindset.

Cultiva un nueva mentalidad

Cambiar nuestra mentalidad frente a las deudas y la olla requiere esfuerzo y trabajo. Sin embargo, el cambio de mentalidad es el paso más importante que darás en tu camino fuera de la olla. Lamentablemente, cambiar nuestra mente todavía no es algo que podamos pedir en Amazon. Apuesto que ya quisieras meterte al Construct de The Matrix, acostarte un rato y al despertar poder decir como Neo: Ya sé Kung Fu.

Empieza con las metas

No hay atajos, debes que diseñar las metas financieras que quieres alcanzar en el corto, mediano y largo plazo. Quizás ahora mismo solo puedas pensar en una o dos cosas muy genéricas, pero ese es tu inicio. Siempre que vayas a establecer una meta, conviene que apliques la metodología S.M.A.R.T.

Specific (Específica): Clara, inequívoca, bien definida, sin vaguezas.
Measurable (Medible): Que tenga un mecanismo que te permita ver cómo vas avanzando.
Achievable (Alcanzable): Que sea posible de conseguir, nada de "volar como Supermán".
Relevant (Importante): Que esté dentro de las cosas que impactarán tu vida directamente.
Timely (Basado en tiempo): Con fecha de inicio y término, con hitos específicos en el trayecto.

Un ejemplo: Eliminaré 1000 dólares de deuda en mi tarjeta de crédito (S) haciendo pagos adicionales por 120 dólares cada mes (M). Para ello voy a dejar de comer en la calle por dos meses (A), y así crear un fondo (R) que me permita completar este reto en menos de nueve meses (T).

Deja de compararte con los demás

Una de las más efectivas maneras de llegar a la infelicidad es vivir para los demás. Si eres alguien que compra cosas porque fulano tiene lo mismo o decides meterte en un automóvil lujoso porque "tu posición laboral lo exige" sin tener los medios para mantener ese estilo de vida, vas a terminar siendo miserable.

Tu valor como persona jamás debería estar atado a tu capacidad de pago. Penosamente, muchas personas piensan exactamente de esa forma: como no pueden comprarse el iPhone 14 Max Pro, se sienten a menos. Peor aún, hay grupos donde la membrecía se mide por posesiones. Evita esos lugares, aléjate de esas personas —no seas alguien tan hueco.

Huye de la moda y las compras impulsivas

Conviene que dejes de exponerte a "tentaciones del capitalismo" que solo te impulsan a comprar la última tecnología, las mejores tiendas, ir a los sitios más caros. Enfócate en adquirir productos de calidad, duraderos y eficientes que no sean de la marca más "de moda". De hecho, evita a toda costa las cosas de moda, pues SIEMPRE están sobrevaluadas.

Además de que comprar cosas a sobreprecio es un mal negocio, éstas suelen ser compras impulsivas y tus impulsos siempre están basados en tus emociones, no en tu raciocinio. Esto seguro lo entiendes con compras costosas como "quiero el último iPhone", pero hay muchas "compras insignificantes" (de un par de dólares) que son igualmente impulsivas y que cuando las sumas representan un dinero importante.

Este consejo no pretende que te vuelvas una persona súper tacaña que nunca se da un gusto. Como en todo, "la dosis hace el veneno". Acostúmbrate a evaluar cada compra, por pequeña que sea, contra tu historial y preguntarte si no estarás dedicando demasiado dinero a "ese gustico".

Registra tus gastos e ingresos

Aunque sea en un cuaderno o una hoja de Excel. Ponte la meta de registrar cada centavo que gastas por uno o dos meses. Además de que adquirirás información valiosísima sobre tus hábitos de consumo, el ejercicio te ayudará a pensar cuidadosamente si realmente quieres o debes hacer cada gasto que realices.

A la hora de registrar tus gastos, procura agruparlos de acuerdo a su frecuencia. Verás que tienes gastos frecuentes (que ocurren varias veces en el mes), gastos fijos (que suceden cada mes más o menos en la misma fecha y con los mismos montos), así como gastos que ocurren un mes pero no el siguiente (anualidades, reparaciones en el hogar, gastos médicos, etc). Entender la frecuencia de los gastos te ayuda a entender por qué hay meses más caros que otros.

Además, es bueno que también categorices todos tus gastos de acuerdo a su fin: Abastecimiento, comida fuera de la casa, transporte, entretenimiento, servicios, etc. Esta segmentación del gasto te abrirá los ojos sobre exactamente cuánto dinero gastas en cada categoría. Lo más probable, te asombrarás al ver todo lo que se te va en comida fuera de casa.

Obviamente, esta tarea podría resultarte tediosa y pesada. Existen muc1has aplicaciones y plantillas de Excel que te pueden ayudar en esta meta. Yo recomiendo YNAB, pero lo importante es que adoptes algún método para registrar tus egresos (y tus ingresos).

Al cabo de unas pocas semanas de hacer esto, empezarás a entender cómo funciona tu mes, tus hábitos de consumo serán evidentes y estarás en capacidad de optimizar las cosas, de hacer cambios reales.

Oblígate a pagar más a tus deudas

Te tengo malas noticias: Tu deuda nunca va a reducirse ni se irá de tu buró de crédito a menos que la pagues. Si tienes préstamos de consumo, hipotecarios o de vehículo, procura separar esos pagos de primero. Si tienes deuda de tarjeta de crédito, procura separar esos pagos ANTES que los anteriores (las tarjetas son mucho más caras). Cuando tienes deudas, empiezas cada mes en negativo, pues ya debes lo que te toca de ellas.

Pero en la medida de lo imposible, paga más que lo que el banco te pide. Evita pagar el mínimo a las tarjetas de crédito, paga siempre más, mucho más, porque mientras más rápido saldes tus tarjetas, más dinero tendrás para todo lo demás. Si recibes un bono, un premio o si te encuentras 500 dólares en un pantalón (tuyo, no de tu cónyuge, por favor), abónalo a la deuda.

Es sano que tengas una tabla de amortización de cada préstamo a tu nombre y que si es posible, la coloques en un lugar visible y vayas actualizándola con cada pago que hagas. Eso te motivará más de lo que imaginas. Si tu banco te lo permite, realiza pagos extraordinarios a los préstamos de vivienda o de vehículo. Con eso acelerarás el proceso de salir de la deuda.

Ahorra cada centavo posible

Al principio es posible que vivas en una fuerte estrechez, pero te aseguro que el sacrificio valdrá la pena. Si te mantienes enfocado en tu onbjetivo, más temprano que tarde un mes te sobrarán 100 dólares. Celebra esa victoria pero NO con los 100 dólares 😁 (haz una celebración pequeña, por favor) y los dólares que te sobren, ahórralos. Empieza un fondo de emergencia, preferiblemente en una moneda distinta a la de tu país, en una cuenta que no tenga cajero automático. Si necesitas más control, abre una cuenta mancomunada con alguien de confianza (de las que requieren ambas firmas para retirar fondos). Podrás depositar en ella, pero para sacar dinero necesitarás las dos firmas. Tu fondo de emergencia será tu salvación si de repente necesitas hacer frente a (¿adivinaste?) una emergencia real. Y no, cenar en un restaurante no es una emergencia.

Casi todos los bancos ofrecen cuentas de ahorro automático. Si te pagan tu nómina por una cuenta, puedes establecer que un monto fijo o porcentual de tu salario se vaya automágicamente a la cuenta de ahorro, de donde no vas a tomarlo nunca, porque quieres salir de la olla, recuerdas?

Empieza a pensar en invertir

Quizás has escuchado la frase que dice que "nadie se ha hecho rico siendo empleado". Quisiera decirte que esa frase es mentira, pero es más real que el aire que respiras. "Los empleos empobrecen" dijo alguien alguna vez. Cuando nos acostumbramos a recibir un salario estamos vendiendo nuestro potencial y ello nos produce un falso sentido de comodidad y una conformidad que a la larga de vuelve dejadez.

No estoy en contra del empleo. No tiene nada de malo que ahora mismo estés vendiendo tu talento y tu tiempo a una empresa a cambio de un sueldo. Después de todo, trabajar para una empresa tiene algunas ventajas. Lo que sí debes erradicar es la mentalidad de empleado, la creencia de que tu trabajo es la mejor manera de asegurar tu vejez y dar un futuro acomodado a tu familia. Rara vez es así.

Cuando te preguntes "¿de qué otras maneras podría producir dinero a corto o mediano plazo?", deberías responder "invirtiendo parte de mi dinero para ponerlo a producir más dinero". Es probable que en este momento tus circunstancias sean tan estrechas que ni siquiera puedas lanzar 20 dólares a una inversión; pero si lees nuevamente el encabezado de este segmento notarás que no digo "empieza a invertir", sino "empieza a PENSAR en invertir". Quizás no ahora, pero pronto. Y para invertir (ahora, mañana o cuando puedas) necesitas prepararte, estudiar, evaluar. Eso es pensar en invertir, y ello requiere tiempo. Mientras más pronto te pongas en ello, mucho mejor.

The big picture

Empieza a detener la hemorragia financiera con estas estrategias. Controlar tus gastos y saber dónde se va tu dinero te servirá para entender cómo introducir cambios en tu ritmo de vida que te ayuden a ir liberándote de la deuda cara y creando un fondo de emergencia. Estos simples consejos son la zapata de tu camino fuera de la olla. Todos tus sueños necesitan dinero, y solo cuando sales de la olla puedes tener la holgura y la confianza de alcanzarlos. Sin embargo, no pienses que solo cuando salgas de la olla podrás divertirte, porque es todo lo contrario: El trayecto estará lleno de diversión.

Ahora toma un descanso pero lo más pronto que puedas dale a la segunda parte.



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