Siempre, al inicio de cualquier año, muchas personas se afanan por proponerse metas y resoluciones para introducir cambios en su vida. Aplaudo sinceramente la intención, pero me temo que la gran mayoría de la gente se plantea resoluciones poco realistas, principalmente porque no se detiene a evaluar su situación actual. De eso hablé en esta entrada.
Dicen que “quien se lleva de consejos muere de viejo”, pero en esta ocasión deseo ir en contravía del refranero e identificar algunos MALOS consejos financieros. Consejos que, penosamente, muchas personas aún siguen y que lejos de liberar, suelen empeorar la situación de las personas. ¿Reconoces alguno de ellos? O peor… ¿has seguido alguno?

Mal consejo #1: No necesitas un presupuesto
Empecemos con lo más obvio: Todo el mundo necesita un presupuesto personal, sin importar su situación financiera. La razón es simple: Sin un presupuesto, no hay garantía alguna de que nuestro dinero hará lo que queremos que haga. Del mismo modo que no intentas llegar a una dirección desconocida sin el GPS de tu móvil, así tampoco deberías andar por la vida sin un GPS financiero, tu presupuesto es la brújula de tus gastos e ingresos.
El consejo bueno: Debes crear un presupuesto que esté alineado con tus prioridades, que satisfaga tu estilo de vida. Te aseguro que si empiezas el año sin un presupuesto, avanzarás muchísimo más lento (y probablemente retrocederás) en tu afán por lograr salir de la olla.
Mal consejo #2: Haz planes con dinero que no has recibido
Uno de los errores más comunes que cometemos es gastar dinero que no hemos recibido. Si una persona gana 500 dólares los días 15, y otros 500 dólares más los días 30, no puede empezar el día 2 de enero contando con la quincena que está a 13 días de llegar, y menos con la segunda quincena! Sin embargo, la mayoría de las personas gasta lo que no se ha ganado, tentando a la suerte y al señor Murphy.
El consejo bueno: Lo correcto es que si el 2 de enero solo tienes 200 dólares en tu cuenta, decidas qué vas a hacer con esos 200 dólares hasta que recibas más dinero. Es obvio que no vas a poder resolver tu mes con solo 200 dólares, pero hacer planes solo con lo que realmente tienes te obligará a priorizar lo lograble y alcanzable.
Mal consejo #3: Si tienes dinero extra, úsalo todo para pagar deudas
Hace poco escribí sobre una técnica de distribución del “bono navideño”. La propuesta es poderosa: Antes de lanzarte a pagar deudas, debes crear un fondo de emergencia que te ayude a no generar nuevos endeudamientos. ¿Qué pasa si echar todo tu bono en saldar todas tus deudas? Que empezarás enero sin mucho rejuego y tendrás que volver a endeudarte.
El consejo bueno: Si tienes un dinero extra, dedica al menos un 25% del mismo a iniciar un fondo de emergencia (o de inversión). Toma un 65% para reducir tus deudas, y el restante 10% úsalo para divertirte (¡porque DEBES sacarle un poco de alegría a ese dinerito extra!).
Mal consejo #4: “Cuando te ganes la Loto…”
No me opongo a todos los sorteos de azar, solo a aquellos que te obligan a comprar una probabilidad, sin ningún beneficio inmediato real. Seamos claros: Las loterías son espejismos. Venden la carísima ilusión de ser una solución de bajo costo, cuando son exactamente todo lo contrario. Alguien dijo que “la lotería es un impuesto especial que solo pagan quienes no saben calcular probabilidades” y aunque la frase puede sonar despectiva, tiene mucho de verdad.
Pasa también con las herencias, o con bonos laborales que no dependen enteramente del trabajador, sino de algún tipo de mecanismo que no controlan. Todo esto puede ponerte a pensar que vas a recibir dinero sin que tengas absolutamente ninguna seguridad de ello.
El consejo bueno: Arrópate hasta donde alcance tu sábana. No cuentes con ningún dinero que no hayas recibido, y si participas en algún sorteo o estás a punto de recibir una herencia o un bono que no estabas esperando, frena en seco antes de gastar lo que no tienes a la mano. Celebra solo lo real.
En lo personal
Debo confesar que me ilusiona mucho el inicio de este nuevo año. Sal de la Olla es mi gran apuesta para el 2023. Siempre he procurado crear contenido desde la utilidad, queriendo brindar puntos de vista accionables y beneficiosos. La fórmula que uso en todos mis canales digitales es la misma que usaré aquí: Me mantendré creando contenido (¡incluyendo vídeos!) y deseando aportar un poco de sensatez al siempre agreste tema de las finanzas personales.
Mis resoluciones para el nuevo año son modestas. Solidificar este proyecto es lo más destacable dentro de lo que puedo compartir, pero además continuaré cuidando mi salud, ya que en 2022 conseguí perder mucho peso y obtener mi mejor condición física en todo el siglo XXI. Crecer en familia, profesionalmente y ver crecer a mis hijas para ser elementos de progreso de mi país y de la humanidad. Nada del otro mundo, la verdad.
Ojalá que todos aprovechemos el tiempo, que creemos más contenido, no solo que lo consumamos. ¡Esforcémonos en salir de la olla de una vez y para siempre!