En mi ejercicio de asesor financiero, he tenido la oportunidad de ayudar a personas que estaban muy zambullidas en deudas, en especial la más cara, dañina y asfixiante de todas: las tarjetas de crédito. Una pareja que asesoré estaba en un punto en el que ni siquiera sabían cuánto dinero les costaba el financiamiento de su deuda. Simplemente preferían vivir de espaldas a su realidad, cada mes pagando lo que los bancos les pedían como mínimo. Cuando hice los cálculos, se espantaron al saber que estaban destinando más de 180 dólares en cargos por financiamiento o mora ¡y solo tenían tres tarjetas de crédito!
Las tarjetas de crédito están diseñadas para otorgar un préstamo rápido y revolvente a su portador, pero quien acepta los privilegios también acepta las consecuencias. El privilegio de poder usar miles de dólares de dinero del banco tiene como consecuencia una altísima tasa de interés (en algunos países puede ser mayor al 60% anual) por concepto de financiamiento. Por ejemplo, si tienes una tarjeta de crédito con un límite de 4500 dólares, y la llenas en diciembre, pero en enero no la puedes pagar y te pasas seis meses abonándole solo el mínimo, terminarás desembolsando al menos 5850 dólares, ¡1350 dólares solo de intereses por financiamiento!
Si tienes una o más tarjetas de crédito que estás financiando, me permito pedirte que calcules cuánto dinero le estás pagando al banco por el derecho de arrastrar las cadenas de tu deuda (la cual no estás atacando apropiadamente para eliminar). Lo ideal es que nunca financies tu tarjeta de crédito. Sé que en ocasiones muy específicas y justificadas, podrías tener la necesidad de endeudarte y financiar, pero esa debe ser la excepción, nunca la regla. Cuando sumes todos los cargos por mora y financiamiento que estás pagando cada mes, pregúntate cuáles mejores usos podrías darle a ese dinero, en lugar de "regalárselo" al banco.
¿Qué hacer si estoy en esta situación?

Tu objetivo primordial debe ser honrar tu compromiso de pago con el banco y procurar salir cuanto antes de esas deudas tan caras. Es importante que comprendas que arrastrar deuda en tarjetas de crédito es el peor lastre que tienes, lo que más roba tu paz y compromete todos tus planes a futuro. Sencillamente, no podrás avanzar en nada si te mantienes arrastrando cadenas.
Existen varias maneras para atacar las deudas de tarjetas de crédito. Examinemos las opciones que tienes a mano para liberarte de ese yugo.
Consolidación de deudas

Si tienes varias tarjetas de crédito en estado de financiamiento, probablemente tu mejor opción es un préstamo de consolidación de deudas. Este tipo de préstamo es bastante común en todos los países, y usualmente es ofertado por bancos emergentes necesitados de incrementar sus activos. Antes de solicitar este préstamo, asesórate localmente para determinar cuál es la mejor institución para ti. Compara tasas de interés, metodología de desembolso, plazos, montos de cuotas y hasta la reputación de la entidad financiera que te ofrece esa solución.
Este instrumento por lo general no te entrega el dinero a ti, sino que lo aplica directamente a la o las tarjetas que necesitas saldar. Verifica que los bancos de las tarjetas que deseas pagar estén dispuestos a utilizar este método. Es muy importante que cuando las tarjetas estén ya saldadas, solicites a cada banco una "carta de saldo", que es un documento que avala el fin de la deuda.
Los préstamos de consolidación de deuda son un tipo de préstamo personal, así que puedes imaginar que sus requisitos serán similares. Las tasas de interés también son parecidas, aunque por su naturaleza, este préstamo puede ser más caro que un préstamo personal (pero de nuevo, menor que el alto interés de las tarjetas en problemas).
Toma en consideración que este tipo de préstamo suele requerir que entregues los plásticos comprometidos, por lo que debes quedarte con una tarjeta de crédito disponible (a menos que prefieras saldarlas y cancelarlas todas y asumir tus pagos con tarjetas de débito o efectivo, una alternativa que rara vez recomiendo, pero que algunas personas prefieren).
Lo más importante es que una vez contrates un préstamo de consolidación, te asegures de honrarlo sin falta. Este instrumento es un salvavidas que jamás debes descuidar. Si te quedas con alguna tarjeta de crédito, procura cuidar tu balance a partir de ahora, para que no vuelvas a caer en ese agujero. Los préstamos de consolidación de deudas se asemejan a los procesos quirúrgicos para bajar de peso: producen un cambio dramático en la situación de la persona, pero quieres no se cuidan, pueden regresar a su estado anterior con bastante facilidad.
La única desventaja de esta solución es que si estás muy endeudado es posible que los bancos no quieran arriesgarse a otorgarte ese financiamiento. No cuesta nada intentarlo, claro.
La bola de nieve

Es uno de los métodos de ataque de deudas más populares. Se concentra en crear momentum, lo cual provoca mayor motivación en la persona endeudada. Cuando alguien se propone combatir varias deudas, la bola de nieve procura que canceles la deuda más pequeña primero, con lo cual liberas dinero rápidamente para apoyar la siguiente deuda, y así sucesivamente.
Esta estrategia es idónea especialmente cuando las tarjetas de crédito tienen tasas de interés similares. Ayuda mucho porque se obtiene una victoria rápida que incrementa el sentimiento de dominio de las circunstancias.
La avalancha

Continuando con las metáforas invernales, el método de la avalancha también te sugiere que elijas una deuda específica para enfocar en ella tu estrategia de pago. La diferencia es que la avalancha se enfoca en la deuda más grande (no la más pequeña), o alternativamente, en la deuda más costosa (la que tiene la tasa de interés más alta), pagando el mínimo a las demás deudas. Al conseguir saldar esta deuda, todas las restantes resultarán mucho más fáciles de dominar, y ahorrarás más dinero en general.
Esta estrategia es preferible para casos en los que la tasa de interés varía significativamente entre deudas. Al atacar la deuda más cara, es posible que la primera victoria tome más tiempo que con el método de la bola de nieve, por lo que recomendaría la avalancha solo a personas capaces de mantenerse motivadas por mayor tiempo.
La furia

En general, las deudas son las villanas en la novela de la vida. Pero en el Juego de Tronos de nuestras finanzas, puede que odiemos más a Cersei que a Meñique —aunque ambos tuvieron finales tontos en la serie, no? Con las deudas pasa en ocasiones que una en particular la queremos eliminar por encima de todo otro criterio. Quizás nuestros padres nos prestaron un dinero y "es peor deberle a un familiar que a un banco". O quizás es una deuda heredada tras una relación fallida. O simplemente, nos fastidia la vida.
El caso es que puede haber una deuda de la que queremos salir a toda costa, antes que las otras. Para estos casos, el método de la furia es idóneo: Atacar dicha deuda con toda la energía e intensidad posible.
Aunque esta estrategia "parece emocional", en mi experiencia es muy satisfactoria. Mis clientes se sienten más empoderados cuando presento esta alternativa, ya que pueden decidir cuál compromiso atacar. La oportunidad de elegir cuál demonio combatir primero es muy beneficiosa.
¿Son malas las tarjetas de crédito?
Todo lo contrario. Las tarjetas de crédito son el instrumento de pago más beneficioso para el usuario responsable. Casi todas las tarjetas de crédito tienen planes de lealtad que te premian con reembolsos, millas o puntos que luego puedes canjear por bienes y servicios siempre que no financies tu deuda. No es raro encontrar gente que consigue tickets de vuelos, cenas en restaurantes lujosos, privilegios en aeropuertos y tiendas exclusivas, descuentos en muchos lugares y más, todo por usar dinero del banco y devolverlo a tiempo.
Más importante aún, si te roban la tarjeta de crédito, el dinero que los ladrones consuman no es tu dinero y en la mayoría de los casos no tendrás que pagar esos consumos fraudulentos (las normas varían por país y por tarjeta, lee tu contrato y pregunta a un contador local si quieres saber tu caso particular). Finalmente, el uso responsable de una tarjeta de crédito es una de las más efectivas maneras de crear un historial crediticio que te abrirá muchas puertas en el futuro.
Las tarjetas de crédito son maravillosas… siempre que no caigas en la trampa de financiarlas. Si necesitas ayuda para vencer esos monstruos, contáctame. Estoy listo para apoyar tu lucha y guiarte en la batalla.
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